La amenaza de la derecha: pongan las barbas en remojo…

Ahora que nuevamente estamos recuperando nuestra propia identidad como país después de tantos años de manipulación social, aniquilación cultural, dominación política y represión, debemos junto a ello rescatar, uno a uno, aquellos elementos autóctonos, así como los que nos particularizan como país dentro de la comunidad mundial y que fueron secuestrados desde tiempos inmemoriales, por los invasores colonialista, las corporaciones transnacionales y por las clases dominantes; todos saqueadores de nuestro patrimonio. Nos quitaron la moneda; nos han hecho creer que los “Americanos” son otros; nuestra soberanía la convirtieron en un mito; se tomaron nuestra banca y luego la vendieron a extranjeros; los medios de difusión, comunicación, distribución de energía están lejos de pertenecernos… y mas. Toda Latinoamérica ha padecido del mismo mal. Ahora de nuevo la bestia ataca, esta vez amenazando a los hermanos hondureños. Aparecerán, todos los antes mencionados, con sus distintas mascaras, llámese cúpula empresarial, cámara de comercio, asociaciones fantasmas, partidos políticos, etc., todos con el mismo estribillo y con la intención de hacernos sentir como algo ajeno y hostil, la situación de Honduras y que no debemos traer a nuestro país esa problemática. Y yo pienso, que la respuesta de el salvadoreño es que con gusto asumiría eso y más por defender lo que con tanto esfuerzo se ha conquistado… A los grupos de poder en nuestro país les he visto muy preocupados, mas porque creo que ellos esperan un buen resultado del experimento que en el hermano país se quiere impulsar como parte de una estrategia global para toda Latinoamérica, pues nunca aceptarán abandonar sus privilegios. En mi opinión algo se esta orquestando aquí desde hace muchos días… el cacareo sobre la importancia de la institucionalidad y la gobernabilidad, cosa que nunca ha importado y que al mismo tiempo hoy trabajan en sentido contrario al bloquear la elecciones de todos conocido, aunado con el incremento sistemático en la actividad delictiva, no es otra cosa que la búsqueda de la desestabilización para justificar no se sabe que oscuras acciones, aduciendo fallas en el cumplimiento al lo que nuestra constitución demanda.

Al final no sabemos quién tendrá que poner las barbas en remojo…

Si todos los seres humanos comprendieran la historia, podrían dejar de cometer los mismos y estúpidos errores una y otra vez.